viernes, 19 de septiembre de 2014

A 100 años de la Primera Guerra Mundial: Adiós a las armas

La Primera Guerra Mundial estalló por el asesinato de un archiduque austríaco en 1914. Cuatro años después, aún en guerra, un joven norteamericano llamado Ernest Hemingway se enroló en el frente italiano como conductor de ambulancias.
Tiempo después del final de la guerra, en 1929, Hemignway publicó su tercera novela, "Adiós a las armas", donde relata la historia de un conductor de ambulancias que resulta herido y luego conoce y se enamora de una enfermera durante su internación.
Adivinaron: "Adiós a las armas" es en su mayor parte autobiográfica.
Se trata de una novela directa, cruda y bella. Hemingway narra con encanto su peregrinaje por la Europa bombardeada hasta que consigue escapar de la guerra cruzando un lago italiano en dirección a Suiza.
Todo es encantador y trágico.
Todo, hasta el final.
La Primera Guerra Mundial se llevó 9 millones de vidas, y resulta increíble pensar que de todas ellas no se llevó la de Hemingway. De haber sido así, nos hubiésemos perdido a uno de los más geniales novelistas de la historia, pero decir esto es injusto y cruel con los que sufrieron a las víctimas.
Tan injusto y cruel como una guerra.

 
 

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